1. AMANTES DEL CAMBIO

Criada en un mundo turbulento, la Generación Y está acostumbrada al cambio. De hecho, le cuesta adaptarse a los contextos estables. Las generaciones anteriores temían el cambio. ¡Estos jóvenes temen el NO cambio! Son superflexibles, procesan lo nuevo rápidamente y se adaptan a todas las circunstancias.

Peligro: escapan a la rutina. Lo rutinario y estable los aburre.

2. IMPACIENTES

La inmediatez es la principal característica de esta generación. Como crecieron en un mundo al instante, aman la velocidad y detestan las demoras. Pueden procesar muchas piezas de información en simultáneo, mientras las generaciones anteriores lo hacen en forma secuencial.

Peligro: no tienen paciencia.

3. EFICIENTES

 La Generación Y busca obtener los mejores resultados con mínimo esfuerzo, recursos y tiempo, apalancándose sobre la tecnología para hacer las cosas más rápido. La eficiencia está ligada esencialmente al factor tiempo. Para las generaciones anteriores, sin embargo, la obsesión por ahorrar tiempo puede parecer una falta de rigor o calidad en el trabajo.

Peligro: valoran más la velocidad que la precisión o profundidad. Si no hay buena tecnología, sienten que están perdiendo el tiempo

4. LA RELACIÓN PERSONAL EN EL CENTRO

La Generación Y valora más las relaciones que las organizaciones. Invierten en mantenerlas y desarrollarlas. Valoran el afecto, el cuidar de otros, la amistad y la relación personal con el jefe. En jefes de generaciones anteriores, acostumbrados a un trato profesional y distante, esta característica puede generar incomodidad.

Se quedan en las organizaciones por los jefes, por los amigos, por la credibilidad del dueño.

Peligro: se van de las organizaciones por los jefes, por la falta de credibilidad del dueño y cuando no tienen amigos.

5. INNOVADORES

La Generación Y piensa con la tecnología incorporada, valorando lo nuevo y mirando hacia el futuro. Buscan soluciones nuevas y no temen replantearse los procesos.

Es una camada de jóvenes con mucho más perfil emprendedor que sus padres, con mayor valoración de la autonomía y la independiencia y menos temor a asumir riesgos.

Peligro: si no hay innovación, se frustran. Si sus ideas no son escuchadas o no se acepta la forma en que proponen hacer las cosas, buscan otro rumbo.

6. ESPONTÁNEOS

La Generación Y dice lo que piensa sin ningún tipo de filtro. Expresan lo que les molesta, comparten sus ideas y desean ser escuchados. Su espontaneidad y frescura se manifiesta en el tipo de lenguaje, en su postura y en sus gestos. Esto suele generar un choque cultural con las generaciones más viejas, que valoran la diplomacia y la habilidad política. Por eso, para muchos jefes, los jóvenes carecen de “sentido de ubicación”.

Peligro: valoran la transparencia y huyen cuando no la encuentran. Odian el engaño.

7. JUSTICIEROS

Son amantes de la justicia. Para ellos, la justicia y el respeto son valores fundamentales. Pero no es justicia para sí mismos, sino para todos, la comunidad, los clientes. No toleran las inequidades ni los favoritismos.

Peligro: no toleran las inequidades.

8. RESILIENTES

La Generación Y sabe cómo enfrentar el dolor y la crisis. Puede vivir en el caos y la amenaza, y no se frustra cuando las cosas no salen como esperaban. Los riesgos no los asustan, y no están enfocados en la seguridad laboral. Si hay que darles una mala noticia, mejor hacerlo rápido y con contundencia. Valoran antes que nada la verdad, por más cruda que sea.

Peligro: odian la mentira. La falta de información es considerada un engaño.

9. TOLERANTES

La Generación Y no tolera la intolerancia. Tiene mentalidad muy abierta, y puede trabajar con gran facilidad en equipos multiculturales. Disfruta de la diversidad.

Peligro: aborrecen la falta de diversidad y los prejuicios.

10. ESCÉPTICOS

La Generación Y es desconfiada. No cree en las promesas. Quiere hechos. Pragmáticos a ultranza, sólo creen en lo que ven. Por eso, rara vez perdonarán a un jefe que falte a su palabra. La honestidad es un valor crítico. Con ellos, es necesario comunicar toda la verdad todo el tiempo.

Peligro: creer que valoran las promesas. Con ellos no hay que prometer, hay que hacer.

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