Ya son varias las veces en que me invitan a hablar en Congresos o Jornadas de Educadores. Hoy en las Jornadas Aies de Educación Superior. Muchas gracias por la invitación!!!
Sin embargo, cada vez que me ocurre que debo hablar en contextos educativos, pienso si debo decir todo lo que pienso. ¿Por qué? Porque en este gran cambio de época y fuerte choque de modelos mentales, es la educación uno de los ámbitos más castigados, dinamitados y que queda totalmente… desencajado frente al nuevo mundo.
Si bien mi ámbito es el de las empresas, todo lo que ocurre allí pero al cubo, ocurre en la educación. Si hoy vivimos la crisis de compromiso más grande de la historia del management en las empresas, la educación vive su momento de mayor cuestionamiento como institución. Sin embargo… todavía se analizan los altos porcentajes de gente que no termina sus estudios como resultado del perfil de la gente y no de la propuesta educativa.
Este foco en el Sujeto de la Educación, que es el mismo exactamente el mismo que cuando yo estudié Ciencias de la Educación(¡ en los ’70!), pone como causa de todo… al alumno: o que tiene un nivel de educación inferior, o que está confundido, o que no tiene valores…
Y en el medio de este baile, gran choque del modelo del siglo pasado de la Dirección y el Control con el modelo del siglo 21 de la Colaboración.
Por lo tanto, según mi entender, los cambios deben realizarse en dos ejes:
1. Desde el estudiante, el replanteo del APRENDIZAJE. Los alumnos buscan cosas distintas, aprender tiene para ellos otro lugar, y el modo de aprender es distinto. Cómo aprenden, qué aprenden, para qué aprenden, con quién…
2. Desde las instituciones, el replanteo de cómo funcionan y en base a qué valores. Los atributos que las hacían atractivas en el pasado, como el prestigio, y el tamaño, no son las que las harán atractivas en el futuro.
A continuación, dos tablas que sintetizan la diferencia entre la educación tradicional y la que será valorada en la era de la colaboración.
En el medio, entre el alumno y la institución, el maestro es el jamón del sandwich. No puede ser el mismo que antes, pero tampoco el que hoy quieren los alumnos. Gran frustración.
Si antes no teníamos docentes y cada vez menos alumnos se inscribían en las carreras docentes, y pocos las terminaban, en el futuro esta situación se tornará catastrófica.
En la educación, entre las instituciones educativas, sobrevivirán aquellos que se animen a innovar.