Las personas han cambiado su concepción del trabajo, pasando de el trabajo como sacrificio al trabajo como disfrute.
La antigua dicotomía de Deber vs. Placer, se reemplaza por “quiero encontrar placer en el deber”. La concepción del trabajo como contrapuesto a la vida, tan vigente en la típica expresión del siglo XX “balance de vida”, que muestra la oposición con la imagen de la balanza, es reemplazada por una concepción más holística, en que el trabajo es parte de la vida y aporta plenitud a la vida.
Mientras antes trabajar era de pobre e infeliz (los ricos no trabajaban… ), hoy la tendencia macro “Bienestar” alienta la democratización del estar bien y disfrutar.
Como consecuencia, las personas no siguen patrones preestablecidos por la sociedad, sino que buscan encontrar “su” lugar en el mundo del trabajo.
Encontrar el disfrute en el trabajo se da tempranamente en muy pocos casos, con vocaciones muy marcadas. En la mayor parte de las situaciones implica explorar.
El trabajo ideal no sigue un patrón determinado, sino que depende delos intereses de cada persona.
El mercado de trabajo se convierte en un mercado real, en el que cada persona busca el trabajo que prefiere. Sin embargo, algunos atributos aparecen claramente como los más valorados en el siglo XXI: la autonomía, la gestión del tiempo, los valores de la empresa, su contribución a la sociedad, etc…
En breve, nuestro modelo de EL TRABAJO IDEAL. El modelo POP.