La esencia del equipo: el compromiso común

Indefectiblemente, “trabajar en equipo” implica dos dimensiones: la tarea y la gente.

Un equipo de alto rendimiento se maneja bien en ambas dimensiones.

La definición clásica de Equipo de Jon Katzenbach(1)  dice que un equipo es: un pequeño número de personas,  con habilidades complementarias,  comprometidas con un propósito  común, por el que se sienten  solidariamente responsables.

La verdadera esencia de un equipo es el compromiso común, que convierte a ese conjunto de personas en una unidad de desempeño colectivo. 

JK no habla de equipos de alto rendimiento, sino de equipos altamente efectivos, que son aquellos que hacen algunas cosas muy bien (“tienen disciplina”). Tienen 5 características:

  •   Un propósito común con sentido
  •   Metas Desafiantes
  •   Un mix de habilidades complementarias
  •   Compromiso de todos con la tarea
  •   Responsabilidad Compartida

Son valiosas las recomendaciones. ¿Quieres un equipo de desempeño superior?

1. Genera tensión: los equipos altamente efectivos actúan en tensión, por estándares de desempeño altos o urgencia. La tensión es positiva. Pon metas desafiantes.

2. Desafía al equipo regularmente con nueva información y datos: trae información del contexto, de riesgos, de competidores.  Genera la gimnasia de repensarse y redefinirse en función al contexto.

3. Define reglas claras de comportamiento: qué se puede y qué no se puede en este equipo, y hacé que se respete! Me acuerdo siempre cuando Rubén Magnano, el que fuera Director Técnico del equipo argentino de básquet que ganó en los juegos olímpicos, me contaba alguna de las reglas que tenían: cuando iban a entrenar, el bus salía a la hora anunciada sin esperar ni siquiera un minuto. El que llegaba tarde, se iba por su cuenta. Cuando se juntaban para cenar, los mozos no podían servir la comida si no estaban todos sentados (o sea presentes). “No hay equipo sin disciplina” decía Rubén.

4. Pon mojones en el camino y celebra!: a veces las metas son arduas, se viven como muy lejanas e inalcanzables. Pon metas intermedias, de corto plazo, que permitan generar una sensación de avance. Aprovecha los pequeños logros para celebrar. La celebración es una de las fuentes de energía y de generación de espíritu de equipo.

5. Generá situaciones para compartir: cuando los miembros del equipo se conocen bien, son capaces de resolver tensiones y conflictos, de manejar sus emociones para no herir a los demás, de usar el sentido del humor y contenerse unos a otros. Es necesario invertir en momentos para conocerse más.

5 buenas recomendaciones de JK.

(1) Katzenbach, Jon, The Discipline of Teams, HBR, julio 2005